Recibir el Premio José Gabriel Maldonado es un honor que me llena de gratitud y orgullo. Agradezco de corazón a la Pontificia Universidad Javeriana quien, no solo me dio una formación académica de excelencia, sino también la oportunidad de vivir los valores ignacianos, que trascienden fronteras y se reflejan en cada espacio académico, social y profesional en el que participo. Este reconocimiento es un recordatorio de que el conocimiento cobra sentido cuando se pone al servicio de los demás, y me inspira a seguir llevando en alto el nombre de mi carrera y de mi Universidad.